lunes, 7 de marzo de 2011

La Fuerza del Destino


Cada mañana me despierto, me rasco la cabeza, me tallo los ojos para despabilarme, me levanto de la cama, camino hacia la cocina, prendo el boiler y me regreso a la cama un rato más. Cuando suena la segunda alarma, me levanto, agarro mi toalla, me meto al baño, prendo el iPod y abro la regadera, dejo que el agua caliente y alguna de mis ‘Power Songs’ favoritas me despabilen por completo mientras tomo una ducha. Salgo de la ducha, trato de elegir qué ponerme para ir a trabajar, me visto, religiosamente me pongo loción, me peino, tomo mis cosas y salgo de mi casa para ir hacia mi oficina. Para cuando llego a mi oficina, ya me llené la cabeza con un par de pensamientos, casi todos relacionados con lo que va a pasar, y es que, seamos honestos, gente, nos gusta planear, nos gusta saber qué es lo que va a pasar al momento siguiente, nos gusta saber cuál será el siguiente paso a dar. A mí, personalmente, me molesta sobre manera la incertidumbre, me molesta el no saber lo que va a pasar… y hay quienes dicen que lo mejor que puedes hacer es dejarle todo al destino…

El destino… puede ser una palabra bastante fuerte, bastante… intangible, es uno de esos términos que, desde donde yo lo veo, la gente ha inventado para poder tener una visión más esperanzadora de sí mismos, de sus decisiones, de sus errores, o de la vida misma. Recuerdo que alguna vez alguien me dijo a la hora de terminar conmigo: “Si el destino quiere que tú y yo estemos juntos, tú y yo vamos a estar juntos” y si, esa persona y yo hemos estado ligados a lo largo de casi seis años por una serie de encuentros y desencuentros… tal vez era nuestro destino que nos apoyáramos, que nos encontráramos en esta serie de situaciones de vida para ser amigos, soportes, confidentes, pero creo que han sido nuestras decisiones, nuestros orgullos y nuestras personalidades las que no nos han permitido estar juntos de nuevo como una pareja.

El destino me ha traído de aquí para allá, me ha llevado de una situación de vida a otra, y tal vez es el mismo destino quien ha hecho que vaya aprendiendo de mis errores, de mis aciertos, de mis subidas y de mis bajadas, es el destino quien ha puesto en mi camino a las personas, a las situaciones, pero, a final de cuentas, he sido yo quien ha decidido aprender de ellos, fui yo quien decidió con qué aprendizaje quedarse, y he sido yo, y sólo yo quien ha construido su propio destino a partir de todas aquellas decisiones y vivencias. No me gusta pensar en el destino como algo que está programado en nuestras vidas, me gusta pensar en el destino como algo que voy construyendo día a día, con mis decisiones, con mis actos, con mi trabajo. Me gusta pensar que soy yo quien va tratando de hacer que su propio destino sea lo que quiere que sea, porque al final del día, la única persona que va a compartir conmigo ese destino, soy yo mismo, no importa si la persona que esté a mi lado vaya a estar un mes, ocho meses, dos años, o toda una vida, al final, sólo yo sabré si quiero que esa persona sea parte de mi vida y de mi destino, sólo yo sabré con quien quiero compartir el futuro, con quien quiero compartir una vida, porque las personas llegan, se presentan, te dejan algo y después se van, y tú, tú te quedas contigo mismo, con tus aprendizajes, con tus recuerdos, con tus vivencias, con el fruto de tus decisiones y tu trabajo. No estoy diciendo con esto, mi querida gentecilla que esté dando por hecho que no tendré un compañero de vida, es sólo que no quiero seguir sentado esperando a que el Príncipe Encantador llegue y me despierte, quiero que cuando él llegue, me encuentre aquí, viviendo, aprendiendo y siendo parte de este tremendo viaje llamado vida. Quiero que encuentre a una persona fuerte, una persona que ha aprendido de sus errores, de sus aciertos y de sus vivencia, una persona capaz de crear un destino por sí mismo para poder, así, crear un destino en conjunto.

Al final de cuentas, el pedo con el destino es que siempre va a ser un misterio, nunca sabes en que momento tus decisiones, o la vida misma, te van a llevar a una encrucijada… y el pedo más grande viene cuando dejas de enfrentarte a tu propio destino, cuando dejas de verlo como algo borroso y comienzas a trabajar y a vivir para convertirlo en algo real, tangible… en algo que puedes disfrutar.

sábado, 29 de enero de 2011

Fuckin' Perfect


Hace un par de semanas, mientras veía en youtube el video del más reciente sencillo de Pink, “Fuckin’ Perfect”, vinieron a mi mente muchísimos recuerdos, muchas imágenes, la mayoría de ellos dolorosos, la mayoría de ellos de algunas épocas oscuras de mi vida, y me pareció un tanto increíble que esa misma persona que alguna vez sufrió lo suficiente como para hacerse daño físico, ahora sea la misma persona que veo frente al espejo; no puedo creer que el mismo niño que hace un par de años se sentía menos, ahora sea el wey que camina por la calle con tanta seguridad; me parece simplemente raro ver que hace un par de años era yo capaz de poner mi seguridad, mi integridad, y hasta mi autoestima en manos de alguien más.

Las escenas del video seguían pasando, y los flashbacks seguían recorriendo mi memoria, la letra de la canción me movía, me llenaba y me repetía lo que yo mismo ya me había repetido meses antes. Vinieron a mi mente todas aquellas veces en las que me dio miedo ser yo, en las que me enfrentaba a mí mismo tratando de negarme lo que soy, lo que siempre he sido, y lo que siempre seré; vinieron a mi memoria aquellas ocasiones en las que me encerraba en mi habitación a llorar, aquellos años en que preferí encerrarme en una falsa idea de lo que era mi vida con tal de no aceptar lo que en realidad era; aquellas noches en las que preferí ser yo mismo de manera clandestina y oculta en lugar de ser yo mismo frente a mí y frente al mundo.

En el momento en que la canción seguía sonando en los audífonos y las imágenes se seguían proyectando, me dí cuenta que estaba llorando, y en realidad no sabía si estaba llorando por las imágenes en la pantalla o por el Antonio que fui, por el Antonio lleno de miedos, lleno de prejuicios acerca de su propia vida, por el Antonio que se ha ido y que dio paso a la persona que soy hoy en día, el hombre que se ve todos los días frente al espejo y se gusta tal y como es (incluso con la figura regordeta y la calvicie prematura que tanto lo traumaban), el hombre que día con día trata de verse bien, de ser mejor en su trabajo, de ser mejor persona para el mismo y no para alguien más. Ese es el que soy en este momento… una persona orgullosa de ser quien es, perfectible, en continuo proceso de aprendizaje y crecimiento, el wey que hace gestos frente a la cámara y se divierte haciéndolo, el wey que no tiene miedo de divertirse, el wey que no tiene miedo a tropezarse de nuevo siempre y cuando sea capaz de levantarse, sacudirse la tierra y seguir caminando.

El video terminó, y le di click en la opción de ‘compartir’, el video fue posteado en mi Wall de Facebook, y cinco minutos después tenía un comentario de parte de una persona muy importante en mi vida, mi sobrina, sus palabras: “este video esta genial, pero me hizo llorar”. En esos momentos sólo quería correr a abrazar ala pequeña, decirle lo que siempre le he dicho, que la quiero, y que para mí siempre será perfecta, así como yo sé que yo soy perfecto para quienes me quieren… el video terminó, la ventana de youtube se cerró, pero la canción sigue sonando en mi mente y en mi iPod, y nunca dejo de recordar que soy “fuckin’ perfect”

sábado, 15 de enero de 2011

Independence Gay pt.II


525,600. Esa es la cantidad de minutos que hay en un año, es la cantidad de momentos que vives durante 365 días.

Hoy cumplo un año viviendo en el departamento que comparto con otras tres personas en la Colonia Roma. Hace exactamente un año le dije a mi madre que me mudaba, recogí lo poco que pude y lo traje conmigo. Así fue que llegue a mi nuevo hogar, con una maleta llena de ropa, algunas revistas, libros, un televisor, una mesa y mis cobijas...

Al principio me parecía toda una aventura, mi jefa, Mariana, no daba crédito que un niño como yo decidiera salirse de la comodidad de la casa materna para emprender el vuelo; su esposo, se emociono cuando le conte la noticia, su mirada era como de complicidad, y, aunque el y yo casi no nos hemos tratado, sentía en su mirada de niño travieso un poco de empatía. Cada quien tenía una reacción distinta al recibir la noticia; hubo quienes hasta pensaron que me estaba mudando para vivir con mi pareja, jejeje, pero no, mi idea era vivir conmigo mismo, hacerme responsable de mis actos, de mis cosas y hasta de mi ropa sucia.

Hoy, un año después me doy cuenta de que tal vez aun no se separar la ropa para lavarla, aun me da mucha flojera planchar, me rehuso a cocinar, y de no ser por mi mejor amiga, Marisol, hacer el súper seria un suplicio para mi. Aun no aprendo a organizar mis gastos, aun me faltan cosas que para muchos serian indispensables (como una pantalla plana, una consola de videojuegos, y hasta hace un par de semanas no tenía una plancha), aun no tengo muebles, mi cama individual ya es insuficiente, no tengo una mesa de trabajo, no me gusta subir a la azotea a tender mi ropa y de repente ni me doy tiempo para lavar mi ropa.

Hasta este punto podría parecerles, gente, que lo que comenzó como una aventura se ha convertido en la pesadilla de un gay que no ha aprendido a vivir solo, pero no todo es malo, no todo es caos en mi vida y no soy taaan mal soltero. Disfruto llegar a mi casa, prepararme algo de cenar y ver la TV, disfruto levantarme los domingos en la mañana para lavar mi ropa, disfruto elegir el suavizante para mi ropa, disfruto comprar cosas que hacen que mi vida de soltero sea menos caótica, disfruto sentarme en el suelo de mi cuarto a doblar mi ropa o colgarla en sus ganchos y colocarla metódicamente en el closet por colores y categorías (camisetas, playeras tipo polo, camisas, suéteres y chamarras... Ejem, si, soy un poquito metódico en lo que a acomodar la ropa limpia se refiere)

También, mi querida gente, en esta habitación que se ha vuelto mi cómplice y mi refugio, he visto los atardeceres mas chidos, he compartido cenas románticas, platicas hasta las seis de la mañana con Sinuhe acompañadas de cerveza y cigarros; risas y películas con Mini Alex hasta altas horas de la madrugada, pijamadas con mis amigos, y, por que no, hasta momentos de soledad, comidas solitarias, bailes conmigo mismo... y las tristezas que vivir solo puede traerte.

En fin, gente, a lo largo de esto 525,600 minutos he aprendido que tal vez no soy la persona mas hogareña, tal vez nunca podré ser el amo de casa perfecto, pero al mismo tiempo he aprendido de las personas con quienes he compartido este rincón, he aprendido de los momentos que he vivido en el, y he aprendido que no hay mejor sensación que terminar una jornada, llegar a casa, encender la TV, abrir una cerveza, abrir un paquete de papas fritas y disfrutar del lugar con el que has compartido un año de tu vida.

martes, 28 de diciembre de 2010

Gone with the Year


Cada año que comienza, trae consigo la posibilidad de comenzar de nuevo en uno, o varios aspectos de tu vida… el año que estamos despidiendo, comenzó para mí con uno de los cambios más radicales que alguien pueda hacer en su vida… como bien recordarán, comencé el 2010 saliendo de la casa materna y abriendo las alas para comenzar de nuevo en un departamento compartido en la Colonia Roma, con gente nueva en mi vida, con experiencias nuevas, con nuevos hábitos y nuevas formas de pensar. A lo largo de este año, tuve la oportunidad de conocer a mucha gente, gente que me acompañó durante poco o mucho tiempo; algunos de ellos han tenido una presencia intermitente en mi vida a lo largo de este año; algunos otros han llegado para marcarme de una manera definitiva; algunos de ellos intentaron regresar del pasado, pero yo les cerré la puerta en las narices, impidiéndoles, así, hacerme daño una vez más; algunas de las personas que llegaron este año a mi vida, simplemente llegaron, cumplieron su cometido y se fueron… su presencia fue contundente en mi vida, pero una vez que la marcaron, simplemente salieron de ella; algunas otras personas volvieron casi veinte años después, para enseñarme cómo hemos cambiado, cómo hemos crecido como personas… ; finalmente, están esas personas que cuando llegaron, su presencia era casi imperceptible, poco a poco, por intereses en común, por empatía, o simplemente por cómo se llegaron a dar las situaciones, ahora los puedes llamar ‘amigos’ con toda la extensión de la palabra.

En estos momentos un año va terminando, cada segundo representa y trae consigo el final de una etapa, de un momento, o desde mi punto de vista, de una temporada de la telenovela de mi vida, jajajaja, si gente, recuerden que a veces suelo ver mi vida como si fuera uno de esos melodramas dignos de ser transmitidos por el canal de Sony; y es así como también llega el momento de decirle adiós a todas aquellas situaciones y personas que ya no serán indispensables en tu vida; personas con las que compartiste unos meses de tu vida, personas que proclamaron amistad y al más mínimo movimiento de la marea te dieron la espalda; personas con las que llegaste a compartir tu vida, a las que considerabas tu familia y que en un momento dado, simplemente decidieron dejarte de lado; y así, comienzas a hacer el recuento de los daños y comienzas a valorar lo mucho o poco que te dejaron las personas, las situaciones y los momentos que viviste a lo largo de un año.

Como lo dije al principio, cada año que comienza, trae consigo la posibilidad de comenzar de nuevo, pero al mismo tiempo, trae el fin de algo que ya está caduco en tu vida. Algunos finales llevan tiempo para revelarse, pero una vez que se revelan ante ti, son casi imperceptibles. Algunos inicios son silenciosos, tan silenciosos, que a veces no te das cuenta cuándo se dieron; algunos son dignos de una celebración, con fuegos artificiales y fanfarrias, así también, algunos finales son dignos de una despedida igual de escandalosa… Tú decides lo que inicia y lo que termina, tú decides a quién despedir y a quién darle la bienvenida, así es que, que comience la cuenta regresiva y prepárate para comenzar algo absolutamente nuevo…

lunes, 19 de julio de 2010

Thirty Without Instructions...


Se que puede ser bieeeeeeeen cliché, pero la neta es que no puedo evitar compartir este instructivo con mis contemporáneos...

No hay nada que hacer. Siempre tendrás dieciocho, porque eres joven sólo una vez, pero inmaduro para siempre.

No hay instrucciones para cumplir treinta. Pero si las hubiera, serían estas:

- Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tírala. Eres el que eres. Y después de todo, no es tan malo como te imaginas un domingo de cruda.

- Tira el equipaje de sobra. El viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante. Y además jode la espalda.

- No sigas modas. En diez años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso, de todas maneras.

- Besa a tantos como puedas. Deja que te rompan el corazón. Enamórate, Date en la madre, y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero. Quizás no. Pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quién te lo quita.

- Come frutas y verduras. Neta, vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida.

- Equivócate. Cambia. Intenta. Falla. Reinvéntate. Manda todo al carajo y empieza de nuevo cada vez que sea necesario. De veras, no pasa nada. Sobre todo si no haces nada.

- Prueba otros sabores de helado. Otras cervezas, otras pastas de dientes.

- Arranca el coche un día, y no pares hasta que se acabe la gasolina.

- Empieza un grupo de rock. Toma clases de baile. Aprende italiano. Invéntate otro nombre. Usa una bicicleta.

- Perdona. Olvida. Deja ir.

- Decide quién es imprescindible. Mientras más grande eres más difícil es hacer amigos de verdad, y más necesitas quien sepa quién eres realmente sin que tengas que explicárselo. Esos son los amigos. Cuídalos y mantenlos cerca.

- Aprende que no vas a aprender nada. Pero no hay examen final en esta escuela. Ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de exalumnos, gracias a Dios. Felices treinta, viejo. Bienvenido al resto de tu vida

Gente, sé que cumplir treinta puede sentirse de la chingada, o puedes mandar a la chingada a los que te dicen que cumplir treinta está de la chingada, lo único que sé es que que tenemos que disfrutar y celebrar como enanos que cumplimos treinta, porque solo los cumpliremos una vez en la vida...

jueves, 8 de julio de 2010

My Best Friend's Wedding


Hay veces en las que realmente veo mi vida como una pinche serie de TV jejejeje sip, hay veces en las que espero que las reacciones de la gente, y hasta las mías, sean como en las series que vemos en la TV. Uno de los últimos "episodios" de la "serie" de mi vida fue la boda de mi mejor amiga, Adriana... Y es que, ella y yo siempre hemos sido algo así como 'soul mates', ella es mi mejor amiga desde que tenemos 12 años; nos conocimos en la secundaria, y apartir de ese momento surgió un lazo bastante fuerte. Ella ha sido mi soporte en muchos "episodios" de mi vida... ella estuvo acompañandome cuando se me metió la loquera de querer ser cura, me apoyo en el momento de la muerte de mi padre,ha estado ahi para acompañarme en rupturas y noviazgos, en fin, podríamos decir, mi querida gentecita, que Adriana siempre fue y ha sido un personaje protagónico en la "serie" de mi vida. Tal vez es por eso que cuando me enteré de su "repentino" compromiso matrimonial, literalmente, me fui de espaldas. Aún recuerdo la escena y muero de la risa, y es que a nadie le gustaria enterarse del compromiso de su mejor amiga por boca de su propia madre, a las 5 y media de la mañana, mientras tomas el primer sorbo de café... y sí, así fue que me enteré que mi mejor amiga se casaba con un señor al que no tenía el gusto de conocer. Al llegar a mi oficina, lo primero que hice fue hablarle por telefono y reaclamarle a mi mejor amiga el hecho de haberme enterado de su compromiso por boca de mi madre... ella solo se limitó a escucharme y reitererar el hecho de que siempre he sido como un niño chiquito al que siempre le ha gustado tirarse al drama...

Dias después, mi querida gente, Adriana y yo nos vimos para, finalmente, conocer a Mauricio, su novio, y aunque mi timidez y mi cerrazón no me permitieron platicar mucho con el, pude ver que en verdad era un buen tipo, y que hacia feliz a mi hermana chiquita, y por primera vez en mucho tiempo pude ver que aquella niña sonreía de
felicidad.

Adriana y yo solo nos vimos una vez más antes de la boda, en aquella ocasión le toco a ella conocer a Leon, mi novio, y aunque nos vimos por un rato muy corto, pude comprobar que mi hermanita era realmente feliz, así como yo lo soy con Leon.

El dia de la boda llegó, y aunque yo no estaba muy convencido y no me gustaba mucho la idea de ver a mi amiga casarse, llegué a la Iglesia para presenciar como Adriana se comprometía de por vida con Mauricio... lo que vino después no fue mas que una celebración del amor que mi mejor amiga y su ahora esposo se habían profesado horas
antes.

La boda, también sirvió de escenario para un reencuentro; después de casi 10 años nos juntábamos los cuatro mejores amigos; Adriana, Orquidea, Marisol y yo coincidimos por primera vez después de mucho tiempo. Ese día aquellos 4 adolescentes se reencontraban, esta vez como adultos, para compartir las ilusiones de una de ellos y me di cuenta que, a pesar de la distancia, del tiempo y de la edad, dentro de estas cuatro personas, siguen viviendo los adolescentes inmaduros y juguetones.

Al final del día, solo baile una pieza con la novia, pero esa pieza fue más que suficiente, un beso y un abrazo me sirvieron para darme cuenta que, por más que me duela aceptarlo, mi mejor amiga es ahora una mujer casada, y no por eso dejara de ser mi mejor amiga, una de las únicas personas capaces de conocerme y reconocerme en sólo un gesto...

Al final, tal vez este episodio no fue como salido de una serie o de una película de besitos en donde el mejor amigo gay es casi casi el organizador de la boda... Núnca seré Rupert Everet y, gracias a Dios, Adriana nunca sera Julia Roberts, pero lo que hemos vivido juntos no se compara con nada, y hoy puedo dar gracias por tener como amiga a esta mujer única, excepcional, hermosa, bromista y sonriente... Mi
hermanita menor...

miércoles, 28 de abril de 2010

The Thin Line Between Love And Friends



Desaparecemos del planeta cuando estamos en una relación? Nuestra pareja nos abduce de este planeta de manera tal que ya no existimos más que para nuestra pareja? Me gustaría pensar que no es así, que no desaparecemos de la faz de la Tierra, que no nos mudamos a un Universo paralelo en el que solo cohabitamos con nuestra pareja, prefiero pensar que en lugar de cerrar nuestro círculo a una sola persona, este simplemente se expande un poco mas...

La llegada de una pareja a tu vida trae consigo nuevas experiencias, nuevos rituales, y, si, a veces menos tiempo para tus amigos, pero eso no quiere decir que hayas renunciado ellos o que ya no tengas tiempo para compartir con ellos, y es que a veces puede ser difícil encontrar un balance entre tus amigos y tu nueva relación.

Desde que comencé a salir con Leonardo, un par de amigos me han "reclamado" que ya no les "hago caso" por estar con él, aunque, desde mi punto de vista, nada tiene que ver con su llegada a mi vida. La verdad es que disfruto mucho de la compañía de viejos amigos, nos seguimos viendo y seguimos estando al tanto de nuestras vidas, y mi relación con ellos sigue igual que como estaba antes de Leon. La llegada de Leon a mi vida trajo consigo no sólo los reclamos de mis amigos, sino también el hecho de que mi grupo de amistades se ampliara, ya que gracias a él he conocido gente con la que tengo cosas en común y con quienes me gusta compartir, gente que me recibió con los brazos abiertos y me ha permitido ser parte de un nuevo círculo... gente que me ha dejado entrar y ser parte de un clan, de una familia, y créanme, a veces es bueno tener cerca una familia sustituta, jajajaja, en serio, nunca sabes cuando puedas llegar a necesitar sentirte "como en casa".

No sé hasta que punto mis amigos puedan tener razón, no sé hasta qué punto he dejado de lado tiempo de calidad con ellos para pasar tiempo de calidad con mi pareja, y es que, como lo dije en el principio de esta entrada, al principio puede resultar difícil encontrar un balance entre tu pareja y tus amigos, pero creo firmemente que puedes encontrar ese balance, puedes aprender a equilibrar esas dos esferas de tu vida, y poco a poco vas descubriendo que no están peleadas y pueden "coexistir" pacíficamente en tu vida, y así, poco a poco, tus amigos, tu pareja, tu trabajo, tu familia y todos estos círculos a los que perteneces van encontrando puntos de contacto, no pueden llegar a unirse del todo (imagínense, mi querida gentecita, lo dificil que esto sería), pero si pueden llegar a entrar en contacto, ya que, después de todo, siguen girando en torno al mismo eje... Tú.

Nadie dijo que encontrar el balance entre tu pareja y tus amigos iba a ser fácil, porque, al final, nadie nace sabiéndolo todo, poco a poco vas aprendiendo, poco a poco vas creciendo, y poco a poco te vas dando cuenta que la vida no es tan difícil y encontrar ese tipo de equilibrios es más fácil de lo que pensabas... Tus amigos siempre serán tus amigos, siempre estarán ahí para apoyarte, para hacerte reír, para compartir, siempre estarán a tu lado cuando los necesites, no importa cuantos novios tengas, no importa cuantas horas te develes por culpa de tu trabajo, no importa que tan lejos estés... Tus amigos y tu pareja pueden ser esferas distintas dentro de tu vida, pero al final, siempre encuentras el momento perfecto para estar con ellos...